En que consiste: Introduciendo una aguja en el poro hasta llegar a la base del pelo, se suelta una pequeña descarga eléctrica sobre el folículo piloso.
Pros: Es el único tratamiento que acaba al 100% con el vello no deseado.
Contras: La lentitud del tratamiento (se necesitan 30 segundos por cada folículo piloso), más doloroso que el láser (aunque se pueda aplicar una crema anestésica) y pueden aparecer rojeces tras la primera sesión e incluso costritas. Zonas: Sobre todo aquellas más pequeñas y la cara. Aunque se pueden hacer en brazos, ingles, piernas, etc.
Cuánto tiempo: Las sesiones necesarias dependen de la intensidad que se utilice, el tipo de pelo a eliminar, la persona y la zona. Para un resultado definitivo, de 4 a 6 meses.
Para la depilación de la cara, es más aconsejable la depilación eléctrica, aunque es lenta y algo molesta, acaba siendo definitiva. Pero yo te recomendaría que antes de comprarte el aparato, acudieras a un centro especializado y te pusieras en manos de expertos. La cara es una zona especialmente delicada y hay que tener mucho cuidado con los tratamientos que se realicen.
La depilación eléctrica nació en manos de un oftalmólogo cuando intentaba resolver el problema de los pelos de las pestañas que nacían hacía dentro. Y lo consiguió. Y hoy día hay varios profesionales (sobre todo en USA) que siguen realizándolo con la supervisión de un oftalmólogo. Y es completamente seguro, eso sí, en las manos de un profesional cualificado y con selección exclusiva.
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